miércoles, 19 de agosto de 2009

Un despertar.



Luz. Cansanzio. Sabanas. Tú no estás. Palpo el terrible espacio que has dejado en tu ausencia. Luz. Más luz. Abro más los ojos. Mucha mas luz. Más cansancio. El cansancio se hace más tangible. Pero no puedo dormir. Luz. Sábanas. Olor a canela. Sabor pastoso del tabaco de la pasada noche. Luz. Angustia. Cansancio. ¿Qué hora es? Un rato más. Kla-kla. Fuera llueve. Tendré que ponerme mi chuvasquero. Lluvía, dios hoy no, tengo peluquería. Humedo. ¿Lana? Dios, me esta chupando los pies. ¡Lana! Mirada de culpabilidad. Me siento mal. Le ofrezco nuevamente mis pies. Luz. Acurruco mi cabeza entre la almohada. Huele a ti. Fuerzo la vista hasta toparme con tus calcetines en el suelo. Sonrío. Dios, vuelve el sabor a tabaco. Kla-kla-kla. Dios, ¡la peluquería! Kla-kla. Y.. ¿Dónde está mi chuvasquero? Humedo. ¡Lana! Esta vez son las manos. Mucha más luz. Más visibilidad. Palmo mis rop... ¡Estoy desnuda! Jimmy... ¡Lana! La cara ya si que no.. Más miradas de culpabilidad. Cierro los ojos e intento conciliar el sueño.




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